La Logopedia,
según mi experiencia

La logopedia es mi pasión. Vivo por y para ella. Es mi vocación desde niña y a ella me dedico en cuerpo y alma. Sobre todo en alma.

La Logopedia es la ciencia que estudia el lenguaje por el que las personas en especial los niños, son educados: del griego “logos – habla” y “paideia – educación de los niños”. En mi opinión no hay nada más importante en este mundo que la comunicación. Es lo que diferencia a los seres humanos de las demás especies animales y es lo que nos hace grandes. La comunicación es la base de las relaciones sociales y familiares; la llave de nuestra habilidad de aprendizaje y nuestra herramienta esencial de superviencia. Por eso he decidido dedicar mi vida a esta disciplina, aprender día a día y ayudar a otros, a través de la curación de sus patologías del habla, a tener una vida más plena.

La Logopedia es imposible entenderla sin relacionarla con las demás ciencias del aprendizaje. Por esta razón completé mi formación estudiando las tres carreras: Logopedia, Pedagogía y Magisterio por la rama de Audición y Lenguaje y culminarla con la superación del Máster de la Universidad Pontificia de Salamanca en Terapia Orofacial y Miofuncional.


Mi amplia experiencia trabajando en diversas clínicas y colegios me ha hecho entender que cada paciente es un mundo aparte. No existe la “terapia perfecta” uniforme para todos, de manera que la nota que preside todo mi trabajo es la flexibilidad.

La clave de mi éxito siempre se ha basado en mi capacidad para adaptar las técnicas y los procesos a las características de cada persona. Y todo ello partiendo de la premisa de que la curación de una patología no surge sólo de un trabajo de estudio, como si fuera una ciencia de laboratorio, sino que es algo que ocurre día a día, semana a semana, en el ámbito cotidiano de la persona, en su hogar, en su vida.

La clave para solucionar un problema, en todos los ámbitos de la vida, es acudir a sus raíces, al origen. Mi trabajo como logopeda tiene esto muy presente. Las circunstancias que dan lugar a una patología nos darán las pistas necesarias para elegir el camino adecuado en la terapia. Para ello es esencial para mí obtener la mayor cantidad de información posible, hablando con el paciente, con su familia, con su entorno.

Visitar su hogar cuando sea necesario y entendiendo en profundidad sus necesidades.

El paciente que solicita mi ayuda sólo persigue una cosa: su recuperación. Para mí, lograr este objetivo no es sólo la razón fundamental de mi trabajo. Es por encima de todo, la esencia de mi realización como persona.