Método de Reorganización
Neurosensorial (Padovan)

Es un método global que permite una mejora de maduración del sistema nervioso para interpretar y organizar las informaciones captadas por los diversos órganos sensoriales del cuerpo. Dichas informaciones, una vez recibidas por el cerebro, son analizadas y utilizadas para permitirnos interactuar con nuestro entorno de forma correcta.

El trabajo de reorganización neurofuncional es un abordaje terapéutico que recapitula el proceso de andar, hablar y pensar de manera dinámica estimulando la maduración del SNC con el objetivo de hacer al niño apto para conseguir su mayor potencial y adquirir todas sus capacidades.

Cuando existen desórdenes en tales procesos pueden aparecer problemas de aprendizaje, desarrollo o comportamiento.

Pedagogía Terapéutica

Su objetivo fundamental es definir, situar y elaborar estrategias y técnicas de intervención en el marco de las dificultades del aprendizaje. No es un movimiento de renovación pedagógico sino de ordenación, ya que lo que aporta es una imagen de orden y estructura como condición imprescindible para que fluya el proceso de enseñanza y aprendizaje de un modo equilibrado, una nueva manera de mirar el proceso para abordarlo de forma inclusiva e integradora.


Terapia Orofacial y Miofuncional

Se encarga de prevenir, valorar, diagnosticar y corregir las disfunciones orofaciales que interfieren en el habla. En la mayoría de los casos se asocia la terapia orofacial y miofuncional con el tratamiento de la deglución, pero también se aplica en alteraciones relacionadas con la respiración, masticación y succión que pueden tener consecuencias sobre las estructuras dentarías y la dicción de fonemas. Dentro de esta terapia nos apoyaríamos en otro método, el neurovendaje o tapping para logopedas.

Esta técnica ya ha demostrado su eficacia en las terapias de alteraciones temporomandibulares (ATM), parálisis facial, apraxias, asimetrías faciales, hipotonía de los músculos de la cara y reeducación respiratoria.

Método Johansen

Es un programa terapéutico que implica escuchar música diseñada específicamente para estimular las áreas auditivas del cerebro. Ello tendrá como consecuencia inmediata la capacidad de discriminar las frecuencias sonoras, incluyendo las del lenguaje, que contribuyen a mejorar la percepción y atención del lenguaje hablado, la rapidez y comprensión lectora y la expresión verbal escrita, entre otras capacidades.

Método INPP

Este método se basa en los efectos que provoca la alteración de los reflejos primitivos y posturales en el aprendizaje y el funcionamiento emocional. Los reflejos primitivos son aquellos que todos tenemos al nacer y están pensados para nuestra supervivencia. Si no desaparecen en el momento adecuado, provocan una debilidad estructural dentro del SNC directamente relacionada con las dificultades de aprendizaje.

El INPP consiste en evaluar los reflejos y su grado de intervención en el desarrollo. Se trata de imitar lo que ocurre en la naturaleza a través de sencillos ejercicios físicos que se realizan en una programación para casa.


Método TMR

Los reflejos primitivos dan paso a los reflejos posturales, que son controlados desde partes superiores del cerebro, lo que permite un desarrollo neurológico óptimo. Si estos reflejos permanecen activos habrá una debilidad o inmadurez cerebral que afectará no sólo a sus habilidades motoras gruesas o finas, sino también a la percepción sensorial y cognitiva.

La integración de un reflejo supone la adquisición de una nueva habilidad en el desarrollo evolutivo del niño. La TMR tiene como objetivo la completa y correcta integración de los reflejos primitivos cuando no se ha conseguido de manera espontánea. Conforme se van integrando los reflejos se producen mejoras a nivel motor, cognitivo y emocional.

El Entorno y la terapia

Lo importante cuando nos encontramos delante de un paciente es hacer una buena evaluación global e integrativa. Sólo teniendo todos los datos podremos elegir el método más conveniente y los objetivos a tratar. No existe un entorno ideal. El entorno debe, en realidad, adaptarse al paciente.

Cada uno percibe y recibe la información de manera diferente, de manera que unos entornos resultan más favorables que otros para cada paciente. Hay muchas variables: el día de la semana, del mes; la temperatura ambiente y corporal; el descanso; la alimentación; el estado de ánimo… Todo influye a la hora de percibir nuestro entorno.

Mi despacho de trabajo es una habitación con abundante luz natural, abierto y bien ventilado, que se adaptará en cuanto a materiales, acústica, iluminación o temperatura a las necesidades de cada paciente.

– Mariana Prada